martes, 27 de julio de 2021

LA SOLEDAD DE LOS CUBANOS Y EL CAMINO HACIA LOS EXTREMOS

 Hace unos meses participé en una manifestación de cuba nos en Bélgica frente al parlamento europeo. 

Todo iba bien, hasta que invitaron a tomar la palabra a un eurodiputado del partido Vox y este, como político de ideología extrema, hizo un discurso que levantó mi indignacion. 
Pocas referencias hizo a Cuba, al problema real de los cubanos. Hablo de una conspiración de demócratas pedofilos que habían hecho una trampa al pobre Trump. Habló de las injusticias cometidas en Venezuela, de los robos (supuestos y no condenados) del presidente Lula, de los logros económicos de Malgaret Thatcher y las injusticias cometidas contra Pinochet, el salvador de Chile. No pude más. Puse en el suelo el cartel que sostenía: « Censurar es cobarde ». Y comencé a gritar: Basta ya. Aquí estamos para hablar de Cuba. Cállate. Fue algo que me salió como el impulso de un resorte. Casi como un automatismo. 
A nadie le gusta interrumpir a aquel que tiene la palabra, sobretodo si este es un diputado europeo y tiene el micro, y sobretodo, lo menos que quería era discordancia, porque precisamente fui a tal manifestación para defender la libertad de palabra, pero no pude retenerme. Todas las torturas, asesinatos, exilios del pueblo chileno se pusieron en ese momento en mi piel y tuve que gritar. Tanto que hice callar al diputado que me miró un poco dislocado, antes de continuar con su discurso. 
Me puse nervioso claro está. Algunos presentes coincidieron conmigo y apoyaron mi palabra repitiendo: Estamos aquí para hablar de Cuba.
Pasaron algunos meses y llegó la gran insurrección del 11 de julio. Un día que quieran o no, es histórico. Yo, que llevo 27 años de exilio, cuyo exilio tuvo lugar el 8 de agosto del 1994, o sea, tres días después de la otra gran insurrección: El maleconazo, sé muy bien hasta que punto forma parte de la historia no solo de Cuba, sino del mundo, porque Cuba, como siempre, pero más que nunca, es la concupiscencia del mundo. 
Todos los que defienden la dictadura la utilizan como escudo para defenderse a ellos mismos del liberalismo. Y es cierto que el liberalismo es injusto, 
pero es repugnante por cobarde, servirse de un pueblo herido de silencio y pluralidad para protegerse de otro enemigo. 
Y ahí surge el punto de partida del otro sufrimiento de mi pueblo (además del silencio que le impone el unipartidismo autócrata : La soledad ideológica. )
Luego, tuve una conversación FB con el cubano que organizó la manifestación frente al parlamento europeo, que por supuesto, me llamó comunista, traidor y un etc de insultos que se han convertido en la base del pensamiento entre cubanos. Fuimos educados en el slogan de « pro o contra » y ahí seguimos, y tomará décadas tolerarnos, porque, tal pueblo israelí, nacimos con un arma ideológica en la mano, odiar gusanos (entiéndase, todo aquel que no piensa igual) como ellos palestinos. 
La ignorancia política de un pueblo encerrado durante 60 años (Hace solo dos que tienen acceso a internet, antes y aún hoy para el 60 por ciento de la población, la información es restringida por el régimen) es enorme, por lo tanto puede ser absorbido fácilmente por cual cualquier ideología. Es obvio. 
El problema está, y es un grave problema, que los cubanos del exilio sufrimos la misma soledad, y si considero que esto es un grave problema es porque estamos hablando de la Cuba del futuro, esa Cuba que habrá que construir. 
Para nadie es un secreto que solo en un sistema represivo es posible mantener el unipartidismo. Esta claro. Con esto que escribo tiene que haber gente que no esté de acuerdo, porque es la base del raciocinio humano: Discrepar. 
Entonces, cómo puede ser posible que gente de bien considere normal que en Cuba no pueda haber disidencia, hoy que entre pro y contra vacunas el mundo libre se deleita a hacer un ejercicio de razón? Por qué tantos soñadores nos olvidan hace 62 años? Porque Cuba es el egoísmo de muchos cobardes. Como de aquellos exiliados chilenos que no tuvieron el valor de vivir en Cuba, a pesar de sus ideales (menuda traicion a su integridad humana) y desde Europa apoyan el régimen.
Yo no tuve tal tibiedad para defender al pueblo chileno contra los insultos de un politico europeo pero, desgraciadamente, muchos hombre de izquierda se consideran ser superior.
Pienso que este es el mayor peligro para el futuro de mi país. Considerándose solos abrazaran los peores conceptos del liberalismo y terminaremos siendo esclavos, repartidos, tal un bicicletero sin derechos sociales como tanto abundan en este occidente.
Si la izquierda nos sigue traicionando, llegarán los Trump, los Vox, los Orban, los Putin a dominarnos. Lo saben bien asqueroso cobardes y sois complices.  Yo seguiré siendo un hombre de izquierda a pesar de vuestra pusilanimidad.
Tanto como en su momento lo tuve hacía Trump, me dais asco. 

miércoles, 2 de diciembre de 2020

RETROPEDALER

La mayor dificultad en que nos pone la vida es, desde mi punto de vista, la facultad de retropedaler.
Una de esas palabras con mucho peso que tiene el francés para decir resumida y literalmente: « Darle patra a los pedales ». 
Es duro. A tal punto que la sociedad nos los hace ver como una derrota. Sin embargo, para nadie es un problema que su coche tenga la posibilidad de tener una palanca para dar marcha atrás en el caso que seguir hacia adelante implique una colisión.
El indefenso y desamparado problema social al que estamos enfrentados es que la « marcha atrás » no está concebida y por tanto, no tomada en cuenta, en cuanto a ideas se refiere. 
Nuestro espíritu ha sido históricamente y religiosamente llevado a la colisión, a tal punto de considerar la testarudez como signo de poder, aún  cuando el espíritu esta condicionado en saber que cuanto más se enriquece más existe, más crece, pero la historia y a religiosidad nos condena a ser cabezones, y por tanto amedrentar, condenar, callar, controlar, censurar, al fin y al cabo, ganar. Entendiendo como ganar una batalla contra y por la materia. El cinismo descarado sirve para eso.

Es por eso que andamos tan perdidos. 
Hoy, mas que nunca, la facultad de retropedaler es importante. Porque las consideraciones en época de internet se cuentan en segundos y píxeles, y muchos se sienten comprometidos a tener un punto de vista ipso facto. Cuanto antes interfieras en el espíritu de los demás mayor será tu ganancia material. Pero luego, toca ser « fiel consigo », o sea, una vez esa palabra pública, ya no es la palabra en sí lo importante sino tu ego.Y así se resume hoy la espiritualidad del hombre.
Sin embargo, repito, nunca antes la palabra retro-pedalear tuvo tal importancia. Si aumentas la velocidad de interacción aumenta lógicamente la capacidad de error y por tanto la posibilidad de colisión. Pero el error no está autorizado a existir, se llama, o le dicen: Loser.
Yo siento pena, pero con mucha aflicción y empatía por mis amigos trumpistas. La vida los ha puesto en el climax. Vuestro mesías os ha traicionado tanto y tan aparatosamente, que les ha puesto en una posición  difícil pero bella al mismo tiempo.
Y si les hace falta, también pueden ver un dios en todo eso. Un dios o diosa, quien sabe, que les diga, tenemos que la vida puede continuar y que los patriotismos ridiculos solo sirven para  separarnos.
La mayoría de mis amigos me bloquearon, pero ni por un minuto he dejado que quererlos. La gran mayoría de ellos, nos pertenecíamos cuando reíamos,  cuando no nos tomábamos tan en serio, cuando nuestro principal objetivo era saborear la libertad de haber huido de fanatismos patrioticos. Nuestra amistad fue más libre que nunca. Sentir que huimos de exceso de banderas, de pañoletas, saludos simbólicos, bustos de mártires, himnos y marchas. Y nos re encontramos en el exilio libre como nunca. No tardamos tanto que a pesar del bisté, del cicle y la Coca Cola, volviese la palabra à radicalizarse, y asi, bloqueados perdernos de vista por haber caído nuevamente en la trampa. Que tú y yo terminásemos siendo otra vez ciberclaria o gusano, después de 20 años libres. Quien iba a contarnos eso antes de Trump? Eso no estaba escrito. Lo siento mis brother?
 
El, o mejor dicho, el movimiento antidemocratico que El Trumpismo desencadenó, ya no es la desconfianza del supuesto poder del pueblo, sino es hacia todas las instituciones del estado. El correo es mentira, la prensa en su totalidad también, sus jueces, sus árbitros, su congreso... todo es mentira. Un complot contra él. 
Y en esta historia, para mi, lo que resulta mas garrafal, inaudito, descomunal es ver a los cubanos exiliados, con tan poca, o ninguna, experiencia democrática, verlos caer nuevamente en el culto a la personalidad, cantos de himnos patrióticos exportados en tiempo de clave y gritando otra vez consignas. Esas cosas tan cheas van más allá de mi comprensión.
El caso es que, gracias a ustedes, hemos entrado en la época de la post verdad. Los médicos son traidores, los periodicos son lacayos, los jueces peones, los maestros comunistas, los científicos mentirosos, los carteros ladrones, la verdad pertenece solo a un circulo de mormones. Ustedes, los trumpistas, dictan la verdad. 


lunes, 9 de noviembre de 2020

LOS YUGOS SON INGENIOSOS


Los yugos son mucho más ingeniosos de lo que lo es la libertad. De hecho, la palabra libertad solo existe como resultado a la acción de reconocer los yugos y quitárselos. Libertad surge como defensa. El yugo es lo que la hace nacer. Para ser libre, primero hay que tener consciencia que se esta encadenado. Y los yugos cambian de forma, de pais, de concepto, de maneras, de discurso, pero siempre llegan disimuladamente a re posicionarse sobre tus hombros o entre los tarros, y cuando

 menos te lo esperas y sin darte cuenta, vuelves sigilosamente a tirar de ellos, y hasta puedes llegar a volverlo a hacer con entusiasmo patriótico y gritando consignas. Tal y cual fue.

Así llegaron estos nuevos yugos. Invitándonos al apasionamiento de lo efímero. Incitándonos al egoísmo, a la ambición, al « Yo primero » dicho paradójicamente en nombre de Dios. Todo absurdo cabe por ganar. Conscientes de ver medio gabinete preso por corrupción pero, todo se puede silenciar sin perder la vista a nuestra propia conveniencia. Mis hermanos compatriotas estaban tan satisfechos del cheque de 1200 dólares firmados por su presidente (cosa maquiavélicamente absurda porque es dinero publico) que olvidaron que vivían en un planeta. De hecho, el planeta no es tema para un cubano. Qué tengo yo que ganar? Desnutrir a mis compatriotas 4 años más los obligará y apresurará el deseado conflicto civil. Ahogar la dictadura cueste lo que cueste. Que se coman entre ellos mientras yo recargo el teléfono para ver su depauperación y esperar el momento propicio. 

Es ahí donde podemos ver lo vulnerable que es eso que llamamos paz. 

En nombre de ese « interés personal » o « misión  patriótica », vi a muchas mujeres olvidar todos los años de lucha de tantas heroínas a través de la historia que han hecho posible la liberación de los yugos del macho, para que la mujer deje de ser una muñeca bruta, un maniquí semi-plástico absurdo. Vi a mujeres con disgracia física, adoctrinarse detrás del macho cuyo valor explota en concursos de belleza para enriquecerse de su desprecio a feas y gordas, siempre acompañado de su séquito de guapas botoxadas, de esa familia dorada, corrupta y pseudo monárquica. 

Vi a muchos compatriotas negros considerar irrelevante el roce peligroso o coqueteo directo con las milicias de supremacismo blanco, el silencio ante la simpatía del KKK, olvidando los tantos afro hermanos linchados hace apenas unas pocas décadas, crueles ignorantes de la historia profunda de América, que nunca han leído a Toni Morrinson ni a James Baldwin, ni siquiera conocen la lucha de Mohamed Ali, no saben quién fue Michael Donald, linchado de 1961, nunca oyeron hablar de Rosa Parks y consideran a Malcolm X y Martin Luther King unos revoltosos. Esos falsos patriotas que usan el voto de Estados Unidos sin el menor interés por su nuevo país ni por sus nuevos compatriotas, sino para sus planes propios en su otra patria. Ahi vemos la vulnerabilidad de la libertad. 


Vi a companeros homosexuales, considerar irrelevante que solo unos meses después de su investidura, el caudillo aprobara la revocación de las Ordenes ejecutivas de contratación, dejando sin proteccion a los trabajadores federales ante la discriminacion basada en la orientación sexual e identidad de genero.

Esto, para él, mi amigo homosexual, era un detalle. El trumpismo como ideología, marcaba la creación de un grupo, una pertenencia, una forma de dialogo privada a las que pertenecer era como volver a salir del armario. Y se quedaron callados.

Vi a muchos intelectuales e incluso médicos, tolerar el desprecio a la ciencia. E incluso algunos considerarlo una especie de rebeldía. Obliterar, cegar, silenciar, autocensura y permitir que se denigren los científicos y sonreír cuando rodeado de un ejercito de militares armados se alza una biblia cual acto salido de la Edad Media o de escena de la saga del señor de los anillos.

Verguenza. Esa es la única forma de avanzar. Mirarnos nuevamente al espejo y avergonzarnos.

Vi a mucha gente instruida, "luchadores de democracia" decir que la organización de la naciones unidas para la Educación, la Ciencia y la cultura, era una estafa que costaba demasiado cara y aplaudir cuando el caudillo le cerro las puertas, así como a la organización mundial de la salud y al tratado de Paris.

Vi a gente, incluso con instrucción biológica, convertirse eón propagadores de virus escupiendo su saliva a gritos de consigna y con bandera en mano. Otra vez, tal cual.

Vi también muchas mujeres dispuestas a permitir que la religion y ala moral dictasen otra vez las leyes de sy vientre, mientras silenciaban los niños enjaulados en la frontera.

Creo que hasta enero, el día de la investidura me hara falta dormir para recuperarme. Yo me lo he tomado en serio. El trumpismo es la antítesis de mi esencia. Si lo he sufrido tanto como sufrí el castrismo, no es solo por concepto planetario, cultural o humanitario, ni por el hecho de saberme un ente social, sino porque va en contra de mi propia individualidad: Soy extranjero, pobre, ex-medico, mestizo, ateo, enfermo, con consciencia ecológica, homosexual, feminista, pretendiente a poeta y artista; Soy todo lo que el trumpismo no ve. 

    



miércoles, 21 de octubre de 2020

Elieser Ávila, la esperanza que dejó de ser verde.

 Yo fui uno de esos cubanos que un día dije: « Este muchacho puede ser mi presidente ». Aquel jovencito que nos inspiró a todos frente a Alarcón, se convirtió en luz. Luz que una vez más perdió su brillo en el exilio. 

Trump pudrió el verdor de Elieser, asi como el de todo el exilio cubano. El exilio cubano mostró su egoísmo, su visión isleña del mundo, su incapacidad para ser parte del planeta y de la historia universal, su mezquindad. La alianza del exilio al trumpismo ha sido una sentencia moral y su triste soledad. Debo decir « nuestra soledad » porque soy parte. 

Viendo un debate mediocre entre Elieser y un « artista » cubano desprovisto de talento, que no merece mención, Elieser le pregunta: Qué hay de malo en defender a Donald Trump?

La pregunta dice toda su esencia. Sino eres capaz de ver el sufrimiento del planeta, las consecuencia de denigrar el cambio climático, el derecho de minorías, los derechos de la mujer sobre su cuerpo, las mentiras absurdas, el derecho de los palestinos a tener un territorio libre, la traicion a paises de histórica coalición, la infamia a la ciencia, la exaltación al racismo, la coalición con países que lapidan mujeres, el desprecio hacia « paises de mierda », la calumnia hacia la prensa, la monárquica toma de poder otorgando a su familia cargos públicos, los sobornos a mujeres abusadas, el ultraje a la cultura, el no condenar a dictaduras que derriten el cuerpo de un hombre en el sótano de una embajada, el silencio hacia el white power, la absurda alianza con el oscurantismo religioso, el caudillismo, la corrupción de un gabinete casi todo puesto ya en prisión, el desprecio hacia héroes y patriotas « por considerarlos perdedores si fueron capturados », su falta de compasión y empatía, sus cuentas ocultas, sus discursos egocentrico, su mediocridad intrínseca. Si eres tan pequeño de aliviarte diciendo « Fidel es peor » significa que perteneces al mundo de mediocre que tanto popularidad gozan hoy, pero que la historia te denigrará porque no tiene tiempo que perder con héroes de pacotilla.    

Tienes que ser un ser muy sucio, muy bajo y muy lacayo para disimular verdades por tu conveniencia. Y digo tu conveniencia, porque no acepto que me digas, « Soy capaz de ser sucio por la libertad de Cuba » porque con todo lo que me opongo a dictadura cubana, nunca aceptaría ser pisoteado por tanta mierda y crueldad.

Eso no es ser patriota, es entrega, es traicion.  

El exilio cubano es mas silencio que nunca. Es un grupo de influencer mediocres, chismosos y chanchulleros que se denigran y se exaltan entre ellos mismo sin ninguna credibilidad. 

Pobres Yoanis Sanchez, Tania Bruegera, Reynaldo Escobar, 

Trump es el único que ha ganado la batalla. El nivel intelectual de la oposición logró igualar e incluso sobrepasar la putrefacción cultural de La Casa Blanca. La Casa Blanca no tiene música ni  poesía, el exilio cubano se menea de reguetoneros y chusmitas.

A veces me pongo triste de ver el silencio de la prensa europea hacia Cuba, pero luego lo entiendo. No hay por donde. No hay de qué hablar. Miami, con salvadas exenciones, es un nido de chusmas chancleteros, Elieser incluido.

Hace poco un amigo me dijo: « Todo vale por derrocar la dictadura ». Pues yo no estoy de acuerdo. No cambio mojon por porquería.


 

Sueño con el dia que todos los disidentes podamos ser una voz, como lo fuimos en época de Obama. Que la vulgaridad, la respuesta sin sentido, el raspe, la mezquindad, la estupidez sea cosa del pasado. I have a dream. 

lunes, 12 de octubre de 2020

EL PUEBLO HERIDO

 El futuro de la humanidad es incierto. Esto no es descubrimiento para nadie. Para nadie es noticia la angustia del planeta. 

Para nadie, excepto para los cubanos. El propósito del régimen cubano de exonerarnos de toda responsabilidad planetaria, de convertirnos en patriotas de pacotilla y hacernos héroes del remedio casero, nos ha vuelto ciegos a la responsabilidad. Para tener consciencia del deshecho hay que tener consciencia del hecho y los cubanos no hemos tenido la oportunidad de echar nada. Ni siquiera los excrementos de la sociedad de consumo. 

Mientras gran parte del planeta se alarma de sus desechos, los cubanos se preguntan dónde están sus hechos. 

Cómo alarmarse por los excesos de otros, si a mi, lo poco que me han dado me lo dieron en paquetes de cartucho llenos de piedras, gorgojos y otros insectos? Cómo pueden hablarme hoy de un planeta ahogado de plástico, si yo para tapar el hueco del techo donde duermo, tuve que comprarle al vecino unas jabitas  plásticas que para mi eran un milagro de impermeabilidad. 

Por eso, mientra el mundo evolucionaba o involucionaba en sus excrementos, el cubano se preguntaba, cómo sacar provecho de tus desechos por muy apestosos que fueran.

Somos un pueblo exonerado de la culpa medio ambiental. NO FUIMOS NOSOTROS.

Pero esta no es la única culpa que, a pesar de no ser nuestra, cargamos con la consecuencia y esto ha hecho de nosotros los cubanos unos alienigenas. 

Dos bloqueos nos han exceptuados de toda responsabilidad, el embargo material y un embargo espiritual. Uno externo y otro interno. Ambos nos han convertido en un pueblo que vive fuera del planeta, y entonces, cómo se puede pretender que los cubanos pertenezcan a esta civilización. 

Muchas veces me pregunto quien sería hoy yo si mis intentos por huir del pais en balsas hubiesen llegado a destino. Seria yo un trumpistas dispuesto a ser parte del grupo social? Seria yo tan cobarde de, por tener amigos, sonreír y estar invitado a sus fiestas alrededor de sus piscina, o decir no, no estoy de acuerdo?

Nunca sabré cuan cobarde pude ser.

El hecho es que, ser cubano, excepto de información y de un dia para otro alguien me pidiera elegir el futuro del mundo? Seria un peligro planetario. 

Yo quizás elegiría con las fuerzas de mi odio. 

Cómo alguien puede pedirme elegir por el bien de todos aquellos que envenenaron mi planeta mientras yo calentaba mi pedazo de pan con moho para matar los hongos de su abundancia? 

Somos un pueblo herido, un pueblo que se ha vuelto envidioso y vengativo. La culpa la tiene todos aquellos izquierstas que decían tener la solución y este odio, esta historia de traicion, no va a ser silenciada. Alguien tendrá que pagar. 

Una mujer violada a veces culpa a todas los hombre. Un cubano culpará a todos los que se vuelvan consecuentes con su violador. Votan con la fuerza de su venganza. 

Poco importa si aquellos medidas sociales puedan o hayan favorecido su existencia. Estarían dispuestos a matar su abogago. Ellos son « el pueblo herido » y su herida la van a esparcir. 


martes, 6 de octubre de 2020

EL MIEDO A RENACER

 


Pienso que el mayor obstáculo que tiene el hombre en su transcurso por la vida es la dificultad para  re-programarse. Levantarse, re-visitar sus ideas y volver a nacer. Es sin lugar a dudas la única posibilidad que tenemos para rejuvenecer. El hecho de resurgir. Y sin embargo... NO es simple.
Increíblemente, a pesar de haberlo visto claro en nuestros padres, no nos impide caer en el mismo esquema y de alguna manera, convertirnos en aquello que tanto odiábamos siendo jóvenes: Ser conservadores. 
Es un problema serio porque, sin querer queriendo, nos convertimos en lo que menos deseábamos ser. 
Cuando llegó la Perestroika, papá ya tenia 65 años. Cómo iba a decirle a su cerebro que aquello por lo que había luchado toda su vida era una mentira. Para nosotros sus hijos aquella verdad reveladora era una evidencia, pero qué podía decirle él a su primer querido hijo, muerto con 9 años en un accidente de tráfico en el año 42 y que había llamado Lenin? Qué iba a decirle a Lenin de Armas? Que su nombre había sido un error? Que aquellas ideas encerraban uno de los más grandes genocidios de la historia de la humanidad? Y entonces la historia, su historia se convierte en un tatuaje irremediablemente eterno. 
Pero el tatuaje no solo es una metáfora. Hay hombres que se han grabado una idea en la piel y luego, o bien son suficientemente valientes para enfrentarse a un cirujano o tratamiento costoso para borrarlo, o bien tienen que engañar para siempre a su cerebro. 
Entonces las ideas se vuelven rejas. Verdaderas prisiones autoimpuestas que encierran la vida y ahogan la razón.
Marguerite Youcenar, decía que el alma es pura cuando se desnuda y deja de adornarse de ideas. Yo no estoy de acuerdo. Pienso que el alma nunca va desnuda, solo tiene necesidad de cambiarse frecuentemente de atuendos para no apestar. 
Las ideas nos arropan y nos calientan, puesto que en ella encontramos otros seres que nos acompañan en el transcurso de la vida. Con ellos nos sentimos identificados y se convierten en el espejo de nuestra existencia. Yo existo, porque tú me ves. 
Y ahí nace una dificultad tenaz. Si dejo de pensar como pensaba te pierdo. Perdemos aquello en común que nos unía, y el temor a la soledad entonces nos silencia y de alguna forma nos mata, o cuanto menos, nos envejece.
Cuántos revolucionarios no están en la situación de mi padre? Cuántos trumpistas, a pesar de comprender la distorsión afectiva y moral de su líder, no se atreven a abandonar el barco aún viendo los peligros éticos que implica? Para abandonar el barco hay que saber nadar, porque ninguno de los tripulantes te lanzará un salvavidas. Prefieren verte ahogar antes de traicionar sus tatuajes. Es más, disfrutan y filmarían con sus teléfonos el final de tu vida para mostrar a otros hasta que punto ellos son la verdad.
No es solo que estamos programados para ser conservadores. Es también una cuestión cultural. Nunca se ha visto, durante un debate entre « sabios » televisados, que uno de los participantes, después de varias horas de intercambio se atreva a decir: Esta conversación ha sido tan nutritiva para mi que voy a re conceptualizar mi criterio. NO. JAMÁS. Nos han vendido la testarudez como inteligencia. Cuanto menos seamos capaces de evolucionar, mas digno somos, más respeto merecemos, más vale nuestro criterio. 
Ser conservador entonces, no es cuestión de artrosis cerebral, es cuestión de valor social. Y por eso hay que estar vigilantes para no convertirnos en viejos rígidos, como latas de conserva.

jueves, 17 de septiembre de 2020

El exilio de la vergüenza

 Cuando las ruedas dejaron el suelo, respiré mi primer aliento de libertad. Tenia 29 años. Después de dos intento infructuosos por huir en balsa, aún no condenados en juicio pendiente, increíblemente, pude escapar nada menos que en avión. Gracias Bélgica.

A partir de ese momento, mi relaciones humanas cambiarían para siempre. Si en Cuba tenia pocos amigos cubanos, ahora mis nuevos  amigos serían por limitaciones lingüísticas, cubanos o latinos emigrados, y entonces comenzó una nueva forma de política de comprender el mundo. 

Mis primeros amigos eran como yo, pretendientes a refugiados políticos, pero lo menos que les interesaba era la política. Bélgica era para la mayoría un pais de paso para llegar a USA. Ninguno tenía historia de oposición al sistema cubano. Habían viajado, como yo, aparentando unas vacaciones, un concurso o un viaje universitario, pero Bélgica representaba solo un puente.
Conocí a Jaime y a Juan que tan solo un año despues de haber llegado, ya habían hecho falsos tramites para decir que sus padres estaban muriendo, y antes de haber obtenido el derecho a refugiados, ya planificaban su primer viaje a la isla, y lo lograron y regresaron satisfechos de haber visto su país desde la perspectiva del turista, regresar como los cubanos exitosos que podían ver el dolor sin que les doliese.  A su regreso, mostraban sus fotos en playas de orillas verdes con una langosta en cada mano, dos bellas mulatas con el brazo sobre su hombro prestas a mostrar su imagen mas sexy con su promesa de que algún belga que las viera vendría  rápidamente a enamorarse y sacarlas del pais, y no faltaba, por supuesto, su nueva cadena gruesa de oro al cuello. _ Y tu mamá  cómo sigue de ese cancer por el que la cruz roja te permitió ese viaje? _ Ah? Mamá? _ Bien.

Ahí comenzó la soledad. 
Era el año 95 y el trumpismo ya era parte de la cultura. Aun no existía el mundo digital pero las fotos de papel tenían el mismo sentido. Parecer ser lo que no somos, aparentar tener lo que no tenemos, hacerse envidiar era ya  entonces una forma de vida para muchos exiliados.
Yo ya empezaba a comprender que tenia tres opciones, mirar aquellas fotos y decir: Wao, qué guapo, o bien quedarme impávido y sonreír, o mostrar mi más profunda repugnancia. 
Mi enfermedad radica en que no tengo términos medios, no sé disimular y entonces me empezaron a llamar envidioso. Todo aquello que considero abyecto me convierte en envidioso porque no soy capaz de ser ruin. Yo no busqué la soledad, ella vino a buscarme.  Entre los compatriotas, estos eran los triunfadores, esos que encontraban el mecanismo de la trampa y lograban burlar normas y controles, cosa que viviendo en dictadura consideraba normal, pero ilusamente pensé que pagar un precio tan alto como el exilio serviría al menos para volvernos sinceros.
Entretanto, mi padre de noventa años enfermo de Alzheimer iba depauperándose en Cuba y yo no tenía el valor de llamarlo y decirle que yo existía y recordarle mi nombre mi voz y sumarle una pena. Plantearme gastar el dinero que no tenía para satisfacer mi deseo de abrazarlo o intentar que mis misarías sirvan para que se alimente. Y ahi entran los conceptos sobre que es ser o no ser.