miércoles, 2 de diciembre de 2020

RETROPEDALER

La mayor dificultad en que nos pone la vida es, desde mi punto de vista, la facultad de retropedaler.
Una de esas palabras con mucho peso que tiene el francés para decir resumida y literalmente: « Darle patra a los pedales ». 
Es duro. A tal punto que la sociedad nos los hace ver como una derrota. Sin embargo, para nadie es un problema que su coche tenga la posibilidad de tener una palanca para dar marcha atrás en el caso que seguir hacia adelante implique una colisión.
El indefenso y desamparado problema social al que estamos enfrentados es que la « marcha atrás » no está concebida y por tanto, no tomada en cuenta, en cuanto a ideas se refiere. 
Nuestro espíritu ha sido históricamente y religiosamente llevado a la colisión, a tal punto de considerar la testarudez como signo de poder, aún  cuando el espíritu esta condicionado en saber que cuanto más se enriquece más existe, más crece, pero la historia y a religiosidad nos condena a ser cabezones, y por tanto amedrentar, condenar, callar, controlar, censurar, al fin y al cabo, ganar. Entendiendo como ganar una batalla contra y por la materia. El cinismo descarado sirve para eso.

Es por eso que andamos tan perdidos. 
Hoy, mas que nunca, la facultad de retropedaler es importante. Porque las consideraciones en época de internet se cuentan en segundos y píxeles, y muchos se sienten comprometidos a tener un punto de vista ipso facto. Cuanto antes interfieras en el espíritu de los demás mayor será tu ganancia material. Pero luego, toca ser « fiel consigo », o sea, una vez esa palabra pública, ya no es la palabra en sí lo importante sino tu ego.Y así se resume hoy la espiritualidad del hombre.
Sin embargo, repito, nunca antes la palabra retro-pedalear tuvo tal importancia. Si aumentas la velocidad de interacción aumenta lógicamente la capacidad de error y por tanto la posibilidad de colisión. Pero el error no está autorizado a existir, se llama, o le dicen: Loser.
Yo siento pena, pero con mucha aflicción y empatía por mis amigos trumpistas. La vida los ha puesto en el climax. Vuestro mesías os ha traicionado tanto y tan aparatosamente, que les ha puesto en una posición  difícil pero bella al mismo tiempo.
Y si les hace falta, también pueden ver un dios en todo eso. Un dios o diosa, quien sabe, que les diga, tenemos que la vida puede continuar y que los patriotismos ridiculos solo sirven para  separarnos.
La mayoría de mis amigos me bloquearon, pero ni por un minuto he dejado que quererlos. La gran mayoría de ellos, nos pertenecíamos cuando reíamos,  cuando no nos tomábamos tan en serio, cuando nuestro principal objetivo era saborear la libertad de haber huido de fanatismos patrioticos. Nuestra amistad fue más libre que nunca. Sentir que huimos de exceso de banderas, de pañoletas, saludos simbólicos, bustos de mártires, himnos y marchas. Y nos re encontramos en el exilio libre como nunca. No tardamos tanto que a pesar del bisté, del cicle y la Coca Cola, volviese la palabra à radicalizarse, y asi, bloqueados perdernos de vista por haber caído nuevamente en la trampa. Que tú y yo terminásemos siendo otra vez ciberclaria o gusano, después de 20 años libres. Quien iba a contarnos eso antes de Trump? Eso no estaba escrito. Lo siento mis brother?
 
El, o mejor dicho, el movimiento antidemocratico que El Trumpismo desencadenó, ya no es la desconfianza del supuesto poder del pueblo, sino es hacia todas las instituciones del estado. El correo es mentira, la prensa en su totalidad también, sus jueces, sus árbitros, su congreso... todo es mentira. Un complot contra él. 
Y en esta historia, para mi, lo que resulta mas garrafal, inaudito, descomunal es ver a los cubanos exiliados, con tan poca, o ninguna, experiencia democrática, verlos caer nuevamente en el culto a la personalidad, cantos de himnos patrióticos exportados en tiempo de clave y gritando otra vez consignas. Esas cosas tan cheas van más allá de mi comprensión.
El caso es que, gracias a ustedes, hemos entrado en la época de la post verdad. Los médicos son traidores, los periodicos son lacayos, los jueces peones, los maestros comunistas, los científicos mentirosos, los carteros ladrones, la verdad pertenece solo a un circulo de mormones. Ustedes, los trumpistas, dictan la verdad.