martes, 27 de julio de 2021

LA SOLEDAD DE LOS CUBANOS Y EL CAMINO HACIA LOS EXTREMOS

 Hace unos meses participé en una manifestación de cuba nos en Bélgica frente al parlamento europeo. 

Todo iba bien, hasta que invitaron a tomar la palabra a un eurodiputado del partido Vox y este, como político de ideología extrema, hizo un discurso que levantó mi indignacion. 
Pocas referencias hizo a Cuba, al problema real de los cubanos. Hablo de una conspiración de demócratas pedofilos que habían hecho una trampa al pobre Trump. Habló de las injusticias cometidas en Venezuela, de los robos (supuestos y no condenados) del presidente Lula, de los logros económicos de Malgaret Thatcher y las injusticias cometidas contra Pinochet, el salvador de Chile. No pude más. Puse en el suelo el cartel que sostenía: « Censurar es cobarde ». Y comencé a gritar: Basta ya. Aquí estamos para hablar de Cuba. Cállate. Fue algo que me salió como el impulso de un resorte. Casi como un automatismo. 
A nadie le gusta interrumpir a aquel que tiene la palabra, sobretodo si este es un diputado europeo y tiene el micro, y sobretodo, lo menos que quería era discordancia, porque precisamente fui a tal manifestación para defender la libertad de palabra, pero no pude retenerme. Todas las torturas, asesinatos, exilios del pueblo chileno se pusieron en ese momento en mi piel y tuve que gritar. Tanto que hice callar al diputado que me miró un poco dislocado, antes de continuar con su discurso. 
Me puse nervioso claro está. Algunos presentes coincidieron conmigo y apoyaron mi palabra repitiendo: Estamos aquí para hablar de Cuba.
Pasaron algunos meses y llegó la gran insurrección del 11 de julio. Un día que quieran o no, es histórico. Yo, que llevo 27 años de exilio, cuyo exilio tuvo lugar el 8 de agosto del 1994, o sea, tres días después de la otra gran insurrección: El maleconazo, sé muy bien hasta que punto forma parte de la historia no solo de Cuba, sino del mundo, porque Cuba, como siempre, pero más que nunca, es la concupiscencia del mundo. 
Todos los que defienden la dictadura la utilizan como escudo para defenderse a ellos mismos del liberalismo. Y es cierto que el liberalismo es injusto, 
pero es repugnante por cobarde, servirse de un pueblo herido de silencio y pluralidad para protegerse de otro enemigo. 
Y ahí surge el punto de partida del otro sufrimiento de mi pueblo (además del silencio que le impone el unipartidismo autócrata : La soledad ideológica. )
Luego, tuve una conversación FB con el cubano que organizó la manifestación frente al parlamento europeo, que por supuesto, me llamó comunista, traidor y un etc de insultos que se han convertido en la base del pensamiento entre cubanos. Fuimos educados en el slogan de « pro o contra » y ahí seguimos, y tomará décadas tolerarnos, porque, tal pueblo israelí, nacimos con un arma ideológica en la mano, odiar gusanos (entiéndase, todo aquel que no piensa igual) como ellos palestinos. 
La ignorancia política de un pueblo encerrado durante 60 años (Hace solo dos que tienen acceso a internet, antes y aún hoy para el 60 por ciento de la población, la información es restringida por el régimen) es enorme, por lo tanto puede ser absorbido fácilmente por cual cualquier ideología. Es obvio. 
El problema está, y es un grave problema, que los cubanos del exilio sufrimos la misma soledad, y si considero que esto es un grave problema es porque estamos hablando de la Cuba del futuro, esa Cuba que habrá que construir. 
Para nadie es un secreto que solo en un sistema represivo es posible mantener el unipartidismo. Esta claro. Con esto que escribo tiene que haber gente que no esté de acuerdo, porque es la base del raciocinio humano: Discrepar. 
Entonces, cómo puede ser posible que gente de bien considere normal que en Cuba no pueda haber disidencia, hoy que entre pro y contra vacunas el mundo libre se deleita a hacer un ejercicio de razón? Por qué tantos soñadores nos olvidan hace 62 años? Porque Cuba es el egoísmo de muchos cobardes. Como de aquellos exiliados chilenos que no tuvieron el valor de vivir en Cuba, a pesar de sus ideales (menuda traicion a su integridad humana) y desde Europa apoyan el régimen.
Yo no tuve tal tibiedad para defender al pueblo chileno contra los insultos de un politico europeo pero, desgraciadamente, muchos hombre de izquierda se consideran ser superior.
Pienso que este es el mayor peligro para el futuro de mi país. Considerándose solos abrazaran los peores conceptos del liberalismo y terminaremos siendo esclavos, repartidos, tal un bicicletero sin derechos sociales como tanto abundan en este occidente.
Si la izquierda nos sigue traicionando, llegarán los Trump, los Vox, los Orban, los Putin a dominarnos. Lo saben bien asqueroso cobardes y sois complices.  Yo seguiré siendo un hombre de izquierda a pesar de vuestra pusilanimidad.
Tanto como en su momento lo tuve hacía Trump, me dais asco.