viernes, 17 de junio de 2011

CIUDAD TIBIA


Salí en bicing al amanecer
por playas callejuelas y plazas a granel.
La ciudad me invitaba a agradecer,
y me puse a inventarle una melodía, quizás como forma de hacerla mía.

Un tambor que replica sin comparsa,
un calor acoge pero no abraza.
Una mirada esquiva, desconfianza o timidez,
o es algún código raro que nunca podré entender.

Vivo una ciudad tibia,
cálida a veces a veces fría.
Una ciudad coqueta,
se mueve con cintura quieta.
Una ciudad quebrada, que por su encanto va asustada,
una ciudad sensual, mira pero sin piropear.

Una ciudad tan bella
Como una flor de primavera,
que la sacude el mar y la luz la acaricia.
La cubre un brazo verde, que tunde al temporal,
amanecer mojado y un soplo suave seca un palmar.

Una historia de asuntos que no se pueden olvidar,
una elegancia amarga que se pretende enraizar.

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