martes, 6 de octubre de 2020

EL MIEDO A RENACER

 


Pienso que el mayor obstáculo que tiene el hombre en su transcurso por la vida es la dificultad para  re-programarse. Levantarse, re-visitar sus ideas y volver a nacer. Es sin lugar a dudas la única posibilidad que tenemos para rejuvenecer. El hecho de resurgir. Y sin embargo... NO es simple.
Increíblemente, a pesar de haberlo visto claro en nuestros padres, no nos impide caer en el mismo esquema y de alguna manera, convertirnos en aquello que tanto odiábamos siendo jóvenes: Ser conservadores. 
Es un problema serio porque, sin querer queriendo, nos convertimos en lo que menos deseábamos ser. 
Cuando llegó la Perestroika, papá ya tenia 65 años. Cómo iba a decirle a su cerebro que aquello por lo que había luchado toda su vida era una mentira. Para nosotros sus hijos aquella verdad reveladora era una evidencia, pero qué podía decirle él a su primer querido hijo, muerto con 9 años en un accidente de tráfico en el año 42 y que había llamado Lenin? Qué iba a decirle a Lenin de Armas? Que su nombre había sido un error? Que aquellas ideas encerraban uno de los más grandes genocidios de la historia de la humanidad? Y entonces la historia, su historia se convierte en un tatuaje irremediablemente eterno. 
Pero el tatuaje no solo es una metáfora. Hay hombres que se han grabado una idea en la piel y luego, o bien son suficientemente valientes para enfrentarse a un cirujano o tratamiento costoso para borrarlo, o bien tienen que engañar para siempre a su cerebro. 
Entonces las ideas se vuelven rejas. Verdaderas prisiones autoimpuestas que encierran la vida y ahogan la razón.
Marguerite Youcenar, decía que el alma es pura cuando se desnuda y deja de adornarse de ideas. Yo no estoy de acuerdo. Pienso que el alma nunca va desnuda, solo tiene necesidad de cambiarse frecuentemente de atuendos para no apestar. 
Las ideas nos arropan y nos calientan, puesto que en ella encontramos otros seres que nos acompañan en el transcurso de la vida. Con ellos nos sentimos identificados y se convierten en el espejo de nuestra existencia. Yo existo, porque tú me ves. 
Y ahí nace una dificultad tenaz. Si dejo de pensar como pensaba te pierdo. Perdemos aquello en común que nos unía, y el temor a la soledad entonces nos silencia y de alguna forma nos mata, o cuanto menos, nos envejece.
Cuántos revolucionarios no están en la situación de mi padre? Cuántos trumpistas, a pesar de comprender la distorsión afectiva y moral de su líder, no se atreven a abandonar el barco aún viendo los peligros éticos que implica? Para abandonar el barco hay que saber nadar, porque ninguno de los tripulantes te lanzará un salvavidas. Prefieren verte ahogar antes de traicionar sus tatuajes. Es más, disfrutan y filmarían con sus teléfonos el final de tu vida para mostrar a otros hasta que punto ellos son la verdad.
No es solo que estamos programados para ser conservadores. Es también una cuestión cultural. Nunca se ha visto, durante un debate entre « sabios » televisados, que uno de los participantes, después de varias horas de intercambio se atreva a decir: Esta conversación ha sido tan nutritiva para mi que voy a re conceptualizar mi criterio. NO. JAMÁS. Nos han vendido la testarudez como inteligencia. Cuanto menos seamos capaces de evolucionar, mas digno somos, más respeto merecemos, más vale nuestro criterio. 
Ser conservador entonces, no es cuestión de artrosis cerebral, es cuestión de valor social. Y por eso hay que estar vigilantes para no convertirnos en viejos rígidos, como latas de conserva.

4 comentarios:

  1. La testarudez siemore ha sido cosa de burros!! Qué lindas las personas con suficiente flexibilidad como para cambiar de opiniones ante la argumentación o la evidencia!!

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  2. “Cambiaré de opinión tantas veces y tan a menudo como adquiera conocimientos nuevos.” El día que perciba que mi cerebro ha dejado de ser apto para esos cambios, dejaré de trabajar. Compadezco de todo corazón a todos los que después de haber adquirido y expresado una opinión, no pueden abandonarla nunca más.” Florentino Ameghino

    Abrazo de aquí hasta allá. En el trayecto, prometo no cambiar. Besos.

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  3. Qué bien dicho, Erick. Ni estatua de piedra ni veleta. Un abrazo

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  4. Todo fluye, todo cambia, y el tiempo es lo que más rápidamente se nos escapa, es como si el tiempo huye de los tiempos. Es necesariamente cambiar para fluir, para el desarrollo humano en esta piedra que llamamos Planeta Tierra,, en esto está el desarrollo social, cientifico técnico, y como todo fluye, todo cambia y nada permanece según expreso el filósofo Heráclito y esto hace unos cuentos milenios,, entonces quizás vale la pena intentar bajo cualquier circustancia, quedar estático y no cambiar por miedo a lo nuevo o por pereza entonces esta civilizacion muy pronto se va del aire, pero hay tanto cambio bruzco en situacones esperedas y no esperadas que hacen que retrocedemos en esos cambios y transformaciones ,, entonces,, puede haber cambios y transfromaciones en los pesamientos de las personas,, pero donde dejamos la dignidad y la vergüenza? sufriran cambios sus valores?, no sé, solo se que los intereses mezquinos de unos pocos muy ricos hacen la jugada del cambio y transformaciones y muchos muy pobres sufren las consecuencia dando lugar a esa mayoria hacer su protagonismo a los cambios y transformaciones a una gran parte de la humanidad en ese tiempo que se navega... Pero hay una canción que es más razonable que lo que han leido,, Todo Cambia. https://www.youtube.com/watch?v=JWf3pRg4Nkg


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