viernes, 5 de marzo de 2010

La Habana

Habana, apareces y desapareces ante mi,

hoy dependes de mis sueño para existir.

Te veo, abanicada por la brisa,

serena, sonriente, bien maquillada.

Puedo traerte fantástica de olor a rio negro y sol,

y luego puedo no verte, ignorarte.


Puedo verte golpeada en huracanes,

recatando tu remendado vestido

cubriendo tus pilares apuntalados,

y luego puedo no verte, ignorarte,

desatarme de ti y olvidar tus rejas de mar,

sin dejar de amarte.


Tu carisma es como un fruto natural

y también un instrumento maquinal.

Simpática y rumbera, pero yo te conozco encuera*.


Te conozco Habana de mis amigos perdidos,

tus distancias en años luz,

tus esperas interminables en época perdida,

tu delirio en paranoia contagiosa

y conozco tus murmullos detrás de la consigna.


Te conozco bohemia, de elegancia sensual,

tersa piel con delineados contornos

y cicatrices temblorosas.


Enemiga del silencio, dueña de la gracia,

escandalosa y chovinista,

pregonera, juguetona improvisada.

Yo te conozco encuera.


Mi habana, no me vienes en fotos de turista alucinada,

ni te veré en página exótica,

y no seras invento de nostalgia engañadora,

pero estarás conmigo adondequiera, porque yo,

Te conozco encuera

Mi habana.


*encuera -- desnuda

(del album "Alivio y recuerdo" Iris-music, harmoniamundi.)


1 comentario:

  1. Me ha gustado estos versos, que tanto dicen de nuestra Ciudad, me acaban de llegar mi papeles de mi viaje te prometo traerte una foto de cuadra, asi como de ese barrio que adora, sigue escribiendo, me gustan tus articulos, te come la nostalgia , como a mi, como a todos.

    ResponderEliminar